Jabalíes en zonas urbanas y métodos de control recomendados
Los animales silvestres suponen un valor añadido para el entorno natural de nuestro país, sin embargo, en los últimos años se está detectando un aumento extraordinario de la población de jabalíes (Sus scrofa) en extensas áreas de la geografía española. En Comunidades Autónomas como Galicia, Asturias, Cataluña o Madrid se está constatando la presencia de estos animales fuera de nicho ecológico habitual, invadiendo en época estival, carreteras, cultivos,
jardines y calles, generando situaciones de riesgo para conductores y usuarios de estos espacios. Las causas de este comportamiento son diversas:
• La densidad media poblacional de 6 a 12 ejemplares por kilómetro cuadrado se supera ampliamente en determinadas zonas, por lo que, cuando los recursos son escasos en su medio natural, los animales acceden a entornos humanizados donde aprenden no temer a los humanos, incluso existen personas que llegan a alimentarlos.
• La variedad de su dieta omnívora les permite alimentarse de semillas, frutos, raíces, tubérculos, insectos, roedores, incluso carroña y basuras orgánicas, que en ocasiones no se depositan dentro de los contenedores.
• El comportamiento gregario les hace sentirse más seguros en el seno de un grupo cuando se adentran en las ciudades, con un ejemplar hembra que les dirige y les alerta en caso de peligro.
• Sus hábitos higiénicos les llevan a mantener una serie de revolcaderos donde desparasitan y cuidan su piel como pueden ser zonas de césped en jardines urbanos.
En las ciudades, a diferencia de zonas rurales donde se ejercen una serie de prácticas agrícolas tradicionales que impiden el crecimiento de arbustos y se desarrolla actividad cinegética, no existe una presión sobre la población, que sigue creciendo, ante la ausencia de enemigos naturales, a un ritmo de una o incluso dos camadas anuales por hembra, de las que son viables tres o cuatro individuos. Por tanto, en zonas periféricas urbanas, ante la imposibilidad de llevar a cabo, la situación actual requiere la adopción de actuaciones urgentes, coordinadas y globales con cuatro objetivos: controlar la población, impedir el acceso a zonas urbanas, informar a la población y sancionar conductas inadecuadas.
Entre los métodos más eficaces de control de la población en estas zonas urbanas y periurbanas, con menor riesgo para las personas, y compatible con las directrices sobre bienestar animal, es el uso de
jaulas trampa donde, mediante el empleo de alimento como puede
ser el maíz, se atrae a los animales, para su posterior traslado al
destino autorizado por el órgano de la Comunidad con competencias. En casos en los que los animales ya han penetrado en zonas sensibles como recintos de viviendas o urbanizaciones, debe valorarse la utilización de algún dispositivo de teleanestesia como cerbatanas, pistolas anestésicas o rifles anestésicos siempre bajo la supervisión de un veterinario.

Para impedir el acceso a zonas urbanas desde las zonas naturales periféricas o al interior de parcelas particulares, es importante utilizar cerramientos resistentes, ya que los jabalíes poseen una gran fuerza en la cabeza para poder abrir huecos en mallas de simple torsión. Por tanto, se debe prestar atención a la zona de unión del vallado con el terreno empleando talanqueras cinegéticas con listones de madera en su zona inferior, muros de material, mallazo o valla electrosoldada. Así mismo, son muy efectivos los pastores eléctricos cinegéticos. Los accesos peatonales y de vehículos, deben disponer de puertas o pasos canadienses.
La población de las zonas afectadas debe ser consciente de las precauciones que deben adoptar cuando se circule por lugares con frecuente presencia de jabalíes, especialmente si se pasea con animales domésticos, llevando a las mascotas controladas mediante correa y respetando siempre una distancia de seguridad al menos de 10 metros con los jabalíes. El cierre de las puertas de acceso que se habiliten para la entrada a las zonas naturales es fundamental para impedir la salida de los animales en horario nocturno que es cuando inician en temporada estival sus movimientos en busca de alimento y agua. Por último, los vecinos deben colaborar introduciendo los residuos en contenedores y sobre todo evitando ofrecer comida a los animales. La mayoría de los municipios disponen de Ordenanzas Municipales donde se recogen sanciones para conductas inadecuadas como son el cebado de animales en espacios públicos y el depósito de basura fuera de los contenedores. Otro aspecto a tener en cuenta es la información mediante señales viarias de precaución para los conductores, en las zonas donde se han producido avistamientos o accidentes de tráfico. Por tanto, la labor policial se hace imprescindible en las zonas afectadas, para perseguir a los infractores.
Fuente: Anecpla, infoplagas, Edición 90, diciembre 2019.